El otro día le comentaba a un amigo que, a veces, la gente me malinterpreta. Me ha tocado gente que cree soy un débil mental y no entiendo las cosas… que soy tan mariposa que me pierdo en los sentimientos sin importar nada (cosa que hago solo cuando la situación lo amerita), que te veo la cara y ya nos imagino en una casa con cuatro hijos y un labrador, o manejando hacia el campo en nuestra jeep roja… eeemmm… no.
Qué onda con que las personas no aguanten que seas bueno con ellas? Le comentaba a mi amigo también que la cosa no es que yo crea que cada persona que se presente es LA ELEGIDA (ni Candy que era medio puta lo creía), lo que yo creo, y prepárense para seguir pensando que soy vecino de las princesas de Disney y redactor de telenovelas juveniles para boomerang, es que yo no estoy buscando estar de “enamorados”, yo evalúo cada relación con detenimiento porque nunca sabes cuándo puede ser LA PERSONA.
Si algún día tuviste mi lengua en tu boca, puedes tener por seguro que en algún momento me tomé el tiempo para analizar la situación.
Todo bien…