No me gusta pedir ayuda. No sé, debe ser porque siento que hacerlo implica una cercanía especial con los demás o que demuestra una debilidad emocional que no me gusta pensar que tengo.
Imagino ya quedó claro que me refiero a una ayuda diferente a “oe, ayúdame a cargar el cooler a la playa”…
La gente que me conoce puede pensar que esto es mentira pues cuento mis problemas (los más generales) sin reparo y recibo sus consejos espontáneos, lo que pasa es que me cuesta tomar en cuenta las recomendaciones… al final hago lo que me da la gana, de todas formas prefiero hablar que escuchar (sino no tendría un blog).
Ante algún dilema generalmente expongo mi lógica, la persona que me acompaña da su consejo y finalmente reafirmo mi lógica determinando hacer lo que pensaba inicialmente. Tengo una mente jodida y manipuladora conmigo mismo.
Cuando pido ayuda es porque en verdad estoy en el suelo (sea o no justificado, soy medio exagerado) y fácil a veces no soy tan explícito cuando la pido (es porque me cuesta)… Cuándo lo hago ten por seguro dos cosas:
1- De verdad creo necesitarla
2- Confío en ti (cuidado con eso)
… tengo sueño, me voy a dormir otra vez.
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